domingo, 26 de diciembre de 2010

Veinte y una.


Veinte mujeres desesperadas
y ninguna buena cazavampiros,
veinte minutos quieto en la parada
perdiendo la cuenta de los tiros.

Veinte poemas de borbor
y una canción desalmada,
más de veinte años ojo avizor
catando locas abocadas.

Vente, bohema, candor,
a dormir a mi alma rebajada.
Veinte problemas de furor
y una ocasión destartalada.

Veinte vales de descuento,
veinte síes, lo que tú digas,
no veinte noes sino cientos
de confórmate con las migas.