miércoles, 30 de noviembre de 2011

El amante tuberculoso y la rosa de peluche


"Tuberculosis no es el dios egipcio de la patata".
(Anónimo con estudios)


En el perenne patio junto a la fuente
y los superfluos vaivenes de los guiris
esperaba inquieto el sufrido penitente:
como cachorro se le aguaban sus iris.

Amplios eran sus ropajes victorianos,
en un estilo antiguo, retro y desfasado,
no muy propios de estos Años Marianos
aunque de los ochenta estaba colocado.

Gabardina negra, camisa verde florecida,
en una mano paquetes,regalos y estuches
para a su dama darle calurosa bienvenida
con una hermosa rosa de las de peluche.

"Peluche" no es una metáfora aquí,
es una realidad como un templo,
Estuve pensando desde que te vi:
"regálale otra cosita, por ejemplo".

Pero nunca supimos el efecto, ¿verdad?
si a la moza le gustaron tus obsequios,
porque el destino no te dio, por caridad,
la suerte gallarda de un Conde Lecquio.

Me marea mirarte mirar mientras marchas
con pasos pesados por pesadumbre plena.
Vemos como tu sangre se torna escarcha,
como la tristeza se apodera de tus venas.

Sabemos que quieres decirle "Te quiero,
ven a verme al hospital, que me muero,
te diría que por tu corazón o tus besos
(ojalá viniera yo aquí para decirte eso)

sino porque soy tan romántico romeo
que por ti he pillado la romántica tisis
y mis latir convertídose ha en poemeo
y me da igual que tú Tauro y yo Piscis".

No nos engañas con tus surtidos empaquetados,
sabemos que manchas de rojo tu blanco pañuelo
cuando toses en clinex de gran marca Hacendado
y dejas tu tísico rastro de amor vivo por el suelo.

¡Becquer!, ¡Lord Byron!, ¡Pessoa!, ¡Juán Frau!,
venid a salvar esta alma solitaria,
o por lo menos alguien del Grupo Nitau,
antes que el tonto de los cojones pille malaria.

Ha pasado mucho, así como una hora,
y el amante síguela a ella esperando,
apretando la flor de lana que atesora
como Isabel atesoraba a Fernando.

Pero algo nos dice que no habrá conquistas...
Muchacho, lechón, no necesitas de más pistas...
La misteriosa damisela no está, no aparece...
Vete ya, campeón, esta tía a ti no te merece.


Martin Hayrapetyan y Alejandro Candela Rodríguez,
a 30 de noviembre de 2011, en la Cafetería San Fernando, Sevilla.