Yo no quiero evadirme, cobarde princesa,
ni correr ni desertar de la tonta vida
ni seguirle la corriente a nuestras promesas
ni matarlas con un chute de insecticida.
Yo no quiero salir por puercas patas,
(eso os lo dejo a los viejos expertos)
ni escabullirme entre amigos ratas
que viven en el país de los tuertos.
Yo no quiero una mera concubina
que me haga olvidar tu falsa necedad,
ni pasarme los días cerrándote la cortina
ni arrojarte un jarro de crueldad.
Yo lo que quiero, pequeña golondrina,
es partirme la cara con la Realidad.