Serena sirena sin palabra ni voz,
cuya cola divides rauda y veloz:
igual esto parece una chiquillada
pero te prefería muda a callada.
Preferiría que me lanzaras mil reproches,
así tendría algo para pasar las noches.
Preferiría que me contaras alguna mentira
o que me demostraras un poco más de ira.
Este Príncipe Sin Herencia hastiado y afligido
solamente busca como bálsamo algo de ruido,
que por escuchar un silencio demasiado estridente
está perdiendo el oído y lo que le queda de inocente.